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HIPERTENSIÓN
Y EMBARAZO

HIPERTENSIÓN Y EMBARAZO

La realización de controles de presión arterial en el transcurso del embarazo es obligatoria. Durante la gestación se utiliza como referencia de normalidad el mismo valor de presión que fuera del embarazo. Esto significa que se considerará hipertensión arterial en mujeres que presenten registros de presión máxima mayor o igual a 140 mmHg y/o de presión mínima mayor o igual a 90 mmHg

En la gestación, la hipertensión puede presentarse fundamentalmente en dos escenarios: encontrándose como condición previa, o bien, presentándose de manera inducida por el embarazo. En el primer caso la mujer ya es hipertensa desde antes, designándose a este escenario como Hipertensión Crónica (“una hipertensa que se embaraza”). Aquí la característica será que las cifras tensionales ya aparecerán elevadas antes de la semana 20 de embarazo. Muy frecuentemente, el médico deberá rotar el tratamiento antihipertensivo previo, seleccionando fármacos seguros para el feto.

En el segundo caso, se designa el escenario como Hipertensión Gestacional (“una embarazada que se hipertensa”), y las cifras elevadas aparecerán luego de la semana 20, en una mujer previamente normotensa. Aquí se debe proceder con mayor cautela, ya que la presencia de un sólo registro aislado no alcanza para realizar el diagnóstico. En el embarazo es muy frecuente que se produzca una condición conocida como hipertensión de “bata blanca”, esto significa que el médico detecta registros hipertensivos en el consultorio pero la presión arterial se encuentra en cifras normales cuando se toma en domicilio. En mujeres gestantes, 3 de cada 10 tienen hipertensión de “bata blanca” y no son verdaderas hipertensas. Para descartar esta condición se realiza un estudio llamado Monitoreo Ambulatorio de la Presión Arterial (MAPA), que controla las cifras durante 24 horas (incluso durante el sueño). Si el MAPA arroja que existe hipertensión, entonces se otorga diagnóstico de certeza. Una vez otorgado el diagnóstico, se recomienda iniciar tratamiento farmacológico si las cifras de presión se encuentran persistentemente elevadas en las consultas.

¿Qué fármacos puede utilizarse? Esto dependerá mucho del momento de la gestación en el cual usted se encuentra (antes o después de la semana 20) y de la severidad de las cifras, pero en líneas generales, fármacos como alfametildopa, labetalol, nifedipina o amlodipina resultan seguros. Lo ideal es alcanzar una presión que esté por debajo de 140/90 mmHg pero por encima de 110/70 mmHg.

¿Cada cuánto debo controlarme? La embarazada puede controlarse en el domicilio mediante MAPA, o bien a través del Monitoreo Domiciliario de la Presión Arterial (MDPA), que se realiza con tensiómetros validados y una técnica que el médico debe explicar. Si se logra un adecuado control de la presión arterial (cifras por debajo de 140/90), usted puede consultar con el médico clínico, cardiólogo o especialista en hipertensión arterial una vez cada 2 a 4 semanas. Si el control de la presión no es bueno, deberá controlarse, al menos, una vez por semana. De todas maneras, debe recordarse que cualquier escenario donde se registren cifras mayores de 160 mmHg de máxima y/o más de 100 mmHg de mínima o exista la presencia de síntomas como visión borrosa, dolor de cabeza intenso, náuseas y/o vómitos persistentes, disminución o ausencia de movimientos del bebé, dolor en la boca del estómago o el costado derecho del abdomen, intolerancia a la luz o exagerada tendencia al sueño: se debe consultar de manera urgente, ya que puede deberse a una complicación muy seria de los trastornos hipertensivos del embarazo llamada Preeclampsia.

¿Qué sucederá con la presión luego del embarazo? En los casos de HTA Crónica la mujer continuará hipertensa a lo largo de su vida, por lo que deberá reinstaurarse tratamiento farmacológico según necesidad, en base a sus cifras tensionales y problemas asociados. En los casos de Hipertensión Gestacional, es esperable que las cifras de presión elevadas se normalicen antes de la semana 12 de posparto, por lo que no será necesario prolongar el tratamiento antihipertensivo más allá de este tiempo. Es necesario recordar que el antecedente de hipertensión durante el embarazo aumenta el riesgo de la mujer a padecer eventos cardiovasculares a largo plazo. Dicho esto, se recomienda, como mínimo, un chequeo médico anual para control de su salud cardiovascular y prevenir el desarrollo de estas condiciones.

Ante cualquier duda o temor, recuerde siempre conversar con su médico tratante, de modo de consensuar y elegir tratamientos con los que se sienta segura, pero que también le resulten útiles en la terapia de su HTA.

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