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HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN LOS SERVICIOS DE EMERGENCIA

Hipertensión en los servicios de emergencia.

Hace algunos días se publicó, en una revista científica de nuestro medio, un documento que presenta un protocolo de trabajo destinado a los pacientes que acuden a los servicios de emergencia con valores de presión arterial (PA) muy elevados, superiores a 180/110 mmHg.

En los distintos servicios, las conductas frente a estos cuadros suelen variar considerablemente. Por eso, desde nuestra experiencia, hemos intentado establecer un nuevo protocolo de actuación.

Es fundamental tener siempre en cuenta que este ascenso brusco de la PA no esté acompañado de daño orgánico agudo, como por ejemplo:

  • infarto de miocardio,
  • angina de pecho,
  • accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico,
  • daño renal agudo, entre otros.

Una vez descartadas estas complicaciones, hacemos especial hincapié en el reposo como primera medida terapéutica. El descanso debe realizarse en un ambiente cómodo, tranquilo, sin ruidos ni estímulos, alejados del movimiento característico de las guardias y los servicios de urgencias.

Este período de reposo, de 30 a 60 minutos, puede ser suficiente para lograr un descenso de la PA de aproximadamente 20/10 mmHg (presión sistólica y diastólica, respectivamente).

Si se alcanza esta mejoría, proponemos dar el alta al paciente, recomendando siempre la consulta con un especialista en los días siguientes.

En caso de no observarse un descenso significativo, se encuentra indicado iniciar tratamiento farmacológico con un fármaco oral en dosis intermedia, dentro de los medicamentos habitualmente utilizados.

Asimismo, enfatizamos las conductas que deben evitarse al tratar estos pacientes:

  • No administrar medicación endovenosa, intramuscular ni sublingual.
  • No utilizar furosemida u otros diuréticos potentes sin indicación específica.
  • No aplicar dosis repetidas sin esperar el tiempo necesario para observar el efecto del fármaco.

Finalmente, recordamos una de las máximas esenciales de nuestra práctica médica:

👉 "Primero, no dañar."

Ante cualquier duda o temor, recuerde siempre conversar con su médico tratante, de modo de consensuar y elegir tratamientos con los que se sienta segura, pero que también le resulten útiles en la terapia de su HTA.

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