
Dra. Albertina Ghelfi
Médica. Especialista en Clínica Médica. Especialista en Hipertensión Arterial
Coordinadora del Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial en la Mujer de SAHA.
La preeclampsia es una palabra que tal vez ya escuchaste.
Suena seria, y lo es. Pero también es algo que, si se detecta a tiempo, se puede manejar y tratar.
¿Querés saber de qué se trata?
Acompañame, que charlamos un rato.
Prepara el mate y vamos.
¿Qué es la preeclampsia?
Es una complicación del embarazo que se manifiesta con presión arterial elevada y puede dañar distintos órganos, como los riñones, el hígado o el cerebro. Suele aparecer después de la semana 20 de gestación (la mitad del embarazo), aunque en algunos casos puede desarrollarse incluso después del parto.
Es una condición potencialmente grave, tanto para la madre como para el bebé. En sus formas severas, es una de las principales causas de muerte materna, y también puede provocar parto prematuro, bajo peso al nacer, internación neonatal e incluso la muerte del bebé.
Se estima que afecta al menos 1 de cada 10 embarazos, lo que significa que no es poco frecuente. Sin embargo, todavía falta información, detección temprana y conciencia sobre este problema de salud.
¿Qué la causa?
Todavía no se conoce con exactitud qué causa la preeclampsia, pero sí sabemos que se relaciona al modo en cómo se forma la placenta y cómo reacciona el cuerpo de la mujer durante el embarazo. Estas alteraciones placentarias son las que provocarían dificultades en la circulación de la sangre entre la madre y el bebé, llevando a una respuesta anormal del organismo: aumento de la presión arterial y otros efectos en distintos órganos.
Si bien no se puede predecir con certeza quién va a desarrollarla, hay algunas situaciones que aumentan el riesgo: haber tenido preeclampsia en un embarazo anterior, la presencia de enfermedades crónicas en la madre (hipertensión, diabetes, obesidad, enfermedades renales o autoinmunes), estar cursando la primera gestación, el embarazo múltiple (gemelos, trillizos), la edad materna (mujeres menores de 20 años o mayores de 35), los antecedentes familiares de preeclampsia.
Tener uno o más factores de riesgo no significa que la preeclampsia vaya a aparecer, pero sí es una señal para estar atentas y seguir de cerca el embarazo.
¿Cómo te das cuenta?
Lo primero que hay que saber es que, aunque se trata de una condición grave, no siempre se manifiesta con signos visibles. Es por eso que la clave está en realizar regularmente los controles médicos. Medir la presión arterial, realizar análisis de sangre y orina, y estar atentas a cualquier señal de alarma. Cuando aparecen síntomas, algunos de ellos son: dolores de cabeza intensos, dolor en la parte alta del abdomen, visión borrosa o con destellos, hinchazón súbita de manos, cara o piernas.
Pero, y esto es importante repetirlo: a veces la preeclampsia no da síntomas. Por eso, aunque te sientas bien, no dejes de ir a los controles médicos. Y ante cualquier duda, consulta prontamente con el equipo de salud.
¿Se puede prevenir?
La preeclampsia no se puede prevenir del todo, pero sí se puede detectar a tiempo y tratar adecuadamente. Esto permite reducir riesgos y proteger tanto a la madre como al bebé. En algunos casos, los médicos podemos indicar tratamientos preventivos, según el perfil de riesgo que evaluamos.
¿Y después del embarazo?
Acá viene algo que a veces no se dice lo suficiente: haber tenido preeclampsia puede dejar huellas en el cuerpo más allá el parto. Las mujeres que la cursaron tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares a lo largo de su vida.
La preeclampsia se comporta como un factor de riesgo cardiovascular en la mujer. Esto significa que pueden desarrollar hipertensión arterial sostenida, envejecimiento vascular acelerado, y tener mayor probabilidad de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular a lo largo de la vida.
Por eso es tan importante seguir controlándose también después del parto, en esa etapa que llamamos el cuarto trimestre, un período de la vida que muchas veces queda invisibilizado.
El seguimiento médico en esa etapa puede ayudar a detectar a tiempo cualquier alteración, valorar la necesidad de tratamiento y mejorar el pronóstico a largo plazo.
La salud materna es un derecho
Hablar de preeclampsia es una forma de cuidar… Cuidarnos a nosotras y entre nosotras.
Si estás transitando un embarazo, si lo estás buscando, si tuviste una complicación en la gestación o si estás acompañando a alguien en este camino, esta información es para vos.
Hoy te escribo yo, pero lo hago en nombre de todo el Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial en la Mujer de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, y desde nuestro lugar queremos que te quedes con una idea simple pero poderosa: Cuando sabés, podés cuidarte mejor.
Así que, nos seguimos leyendo la próxima.
Y mientras tanto, ¡Prendete a cuidarte!