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El tabaco y la
hipertensión
arterial

¿Querés aumentar tu expectativa de vida? ¡DEJÁ DE FUMAR!

No sólo fumar triplica la mortalidad anual, sino que el fumador con respecto al no fumador tiene una expectativa de vida 11 (once) años menor.

1- La hipertensión arterial y el tabaquismo son dos de los factores de riesgo más importantes para padecer eventos cardiovasculares como un infarto de miocardio o un ataque cerebrovascular.

La combinación de ambos, cuando un paciente es hipertenso y fuma, inclusive pocos cigarrillos al día, aumenta el riesgo exponencialmente. No es lo mismo ser hipertenso y fumar que ser hipertenso y no fumar, incluso para las personas que logran controlar su presión arterial con un tratamiento adecuado.
¡La mejor indicación, DEJAR DE FUMAR!

2- El riesgo cardiovascular asociado al tabaquismo es alto. Aun fumando 2 cigarrillos por día aumenta la presión arterial (después de fumar 1 cigarrillo aumenta durante 15 a 30 minutos), la frecuencia cardiaca, los niveles plasmáticos del colesterol “malo” (LDL).
Con el tiempo, la nicotina y los productos relacionados al tabaco generan que las arterias se vuelvan más rígidas y la presión arterial se eleve por más tiempo, debido a que interfiere con ciertos mecanismos vasodilatadores que podrían disminuirla.
Fumando menos de 5 cigarrillos al día el riesgo de padecer eventos cardiovasculares aumenta al doble y las personas que fuman solo los fines de semana tienen un 50% de aumento de la mortalidad sólo por estas causas. Al dejar de fumar, el riesgo de infarto, de muerte súbita o de padecer un accidente cerebrovascular disminuye rápidamente durante el primer año y continúa disminuyendo hasta igualarse a quién nunca fumó luego de 15 años.

3- ¡Si sabes que estas embarazada NO FUMES!

El fumar en el embarazo afecta a madre e hijo. Predispone a la aparición de hipertensión durante el embarazo, de preeclampsia y de eclampsia, las cuales son complicaciones graves que pueden darse en general a partir de la semana 20 de gestación. En la lactancia, la nicotina pasa al niño a través de la leche materna, pudiendo conferirle un sabor desagradable a la leche materna. Tiene efectos sobre el corazón y el sistema nervioso del lactante a quien le puede causar alguno de los siguientes síntomas: inquietud, insomnio, vómitos, diarrea, succión débil, apneas, y debilidad. La nicotina al disminuir el apetito de la madre, podría disminuir la calidad y cantidad de la leche materna.

4- El Humo Ambiental de Tabaco (HAT) es el humo que se encuentra en el ambiente donde alguien está fumando. Contiene muchas sustancias tóxicas, entre las que se encuentran más de 50 sustancias carcinógenas (que producen cáncer) conocidas.
Se considera un tóxico clase A, es decir, que no hay un nivel mínimo de exposición que sea seguro para la salud.
Los adultos expuestos al HAT en sus casas y en su trabajo tienen mayor riesgo de padecer enfermedades oncológicas y cardiovasculares (infarto entre otras). Estas últimas aumentan aún más en pacientes con hipertensión arterial. En Argentina mueren más 6.000 personas por año debido al tabaquismo pasivo (no fumadores expuestos al HAT).
Los lugares de trabajo libres de humo reducen el consumo de tabaco entre los fumadores, reduciendo el porcentaje de fumadores y la cantidad de cigarrillos fumados entre los que continúan haciéndolo.

5- Ya en el año 1999, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la exposición de los niños al HAT produce tos crónica, disminución de la capacidad pulmonar, aumento del riesgo de presentar muerte súbita del lactante, asma, neumonías, bronquitis, otitis y cuadros oncohematológicos. ¡NO FUMAR, y si hay niños, nunca en tu casa!

6- El uso de cigarrillo electrónico y los vaporizadores NO son inofensivos. Las sustancias que se vaporizan penetran en el aparato respiratorio generando lesiones por las elevadísimas temperaturas y por los compuestos que contienen productos tóxicos que generan irritación y daño en el organismo.

7- ¿Querés dejar de fumar? LEE lo que sigue...

Entre un 5 y un 7% de las personas que están decididas logran dejar de fumar sin ningún tipo de intervención ni ayuda. Se sabe que el leer mteriales realizados a tal fin aumenta las chances, ya que enseña al interesado a que conozca rasgos de su comportamiento relacionados a su dependencia, pueda aprender y desarrollar habilidades necesarias para afrontar la abstinencia. Dentro de estas estrategias podemos mencionar el reconocer situaciones de riesgo de recaída, identificar e implementar actividades que sustituyan el fumar, reconocer síntomas de abstinencia y sus características, entender la adicción, adelantarse a las urgencias conociendo sus características y duración, alertar sobre el fenómeno de tolerancia y su relación con la recaída por tan solo una “pitada”.
Mejorar el estilo de vida también es parte de los objetivos. Esto es parecido a algunas de las recomendaciones que damos a los pacientes hipertensos, ejercitarse (adecuadamente y acorde a las condiciones físicas de cada persona), comer y beber saludablemente.

Lo mejor es la terapia de enfoque “grupal”, grupos de fumadores que quieren dejar de fumar, coordinados por un/a psicólogo/a y co-coordinados por un médico/a para adecuar medicamentos, como son reemplazos de nicotina (parches, chicles, caramelos, inhalador nasal), Bupropion, Vareniclina y Ansiolíticos, según las características de cada paciente. La indicación de estos fármacos duplicaría las chances de abandonar. Otro dato importante es que a cualquier edad que se deje de fumar se encuentran y obtienen beneficios. Y como dijimos anteriormente, aumentamos la expectativa de vida, saludable…

¡En realidad, lo mejor… es DEJAR DE FUMAR!

Ante cualquier duda o temor, recuerde siempre conversar con su médico tratante, de modo de consensuar y elegir tratamientos con los que se sienta segura/o, pero que también le resulten útiles en la terapia de su HTA

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